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Ficha de Tanemura Mitsuki
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Ficha de Tanemura Mitsuki
Nombre: Mitsuki Tanemura
Apodo: Tsuki
Edad: 15 años
Fecha de nacimiento: 7 de noviembre
Curso: Quinto.
Amo: Kawamura Soishiro.
Preferencias para pareja: Hetero, aunque nunca ha tenido novio. -Más información en Carácter.
Fetiches: Tatuajes y que fume... Chico malo. Malo, malo.
Grupo Sanguíneo: 0-
Ocupación/Profesión: Hace absolutamente todas las tareas, cocina para su Amo, lava para su Amo, limpia para su Amo...
Sueño: Qué te gustaría hacer si no fueras una Mascota.
Aspecto:
Pequeña y manejable, al menos, eso es lo que aparenta, su cabello rosa y extra largo ayuda a hacerse una idea equivocada de ella, dándole un aspecto dulce y tierno. Que, aunque en cierta manera sí es así, en según que situaciones, Mitsuki, se suele comportar más... bruscamente. Es basta, un poco masculina y bastante violenta... Y eso, se nota en sus movimientos.
No puede disimular cuando se sonroja, algo que le sucede a menudo ante el mínimo comentario y no puede esconderlo. Por lo que suele ser objeto de burlas... Eso, y lo poco crecida que está por tener ya quince años, no es que esté plana del todo, pero la mayoría de sus amigas hacen mucha más talla de pecho que ella... Y eso la ha acomplejado, aunque no lo reconozca.
Viste siempre con ropas cómodas, aunque su conjunto favorito es una camisa blanca y una falda azul marino, ahora debe llevar siempre el uniforme de maid que le ordena ponerse su Amo. Lo peor de todo, es que no le disgusta, pero él no lo puede notar.
Altura: 1,52 m
Peso: 46 kg
Carácter:
Mitsuki tiene buen corazón, nunca haría daño a nadie, no daño de verdad, con malicia. No le gustan los comentarios hirientes, aunque más de una vez se lo gustaría decir y por eso se muerde la lengua y jamás dejaría a nadie de lado y no le haría el vacío. No es egoísta, no le importa compartir sus cosas, y pocas veces piensa en sí misma... Pero no tiene un carácter fácil.
Se enfada con facilidad y enseguida está repartiendo yoyas, o intentándolo, tiene poca paciencia es muy irascible y aunque a veces intenta calmarse a sí misma... Aunque consiga morderse la lengua para no decir comentarios desafortunados, tiene que dejar escapar la rabia por algún lado, y eso suele ser rompiendo cosas. Le gustaría cambiar y no ser así... Calmarse y estar tranquila, ya que incluso ella nota que está siempre a la defensiva.
Es descarada e impulsiva, haciendo las cosas sin pensar y actuando casi por instintos. Desordenada y algo dejada, despistada y torpe.
Además, Mitsuki tiene un lado "oscuro", algo que nunca ha explicado a nadie... Y es que si nunca ha tenido un novio ha sido porque ninguno merecía la pena, porque todos eran unos niñas, y porque... No eran suficiente "hombres" para ella. Cualquier hombre que consiga dominarla, sea por la fuerza o con palabras, con una mirada fuerte y decidida... Probablemente podrá hacer lo que quiera con Mitsuki.
Gustos: Leer cómics y mangas, mirar películas románticas, descargar adrenalina yendo a correr o haciendo deportes de riesgo.
Dormir y hacer el vago.
Pero sobre todo, sobre todo, lo que más le gusta es mirar la Luna desde un tejado.
Le encantan las pizzas, las hamburguesas y las patatas fritas.
Nunca, o al menos de momento, admitirá que... Le gusta su Amo.
Disgustos: Hacer las tareas del hogar, limpiar, cocinar... Odia todo eso, y ahora es lo que le "toca" hacer.
Que se metan con ella, es bajita, no tiene mucho pecho (pero tiene) y tiene el cabello color rosa, pero eso no es motivo para que se metan con ella... Siempre se enfada, y lo expresa violentamente, pero en realidad le duele más de lo que parece. Cabe decir, que si es con su padre con el que se meten... A Mitsuki ya no le importa hacer daño a nadie o decir cosas hirientes, todo eso pasa a un segundo plano.
Historia:
Mitsuki nació en un barrio de Tokyo humilde, tuvo unos padres humildes y fue a una escuela humilde. Todo era humilde, o más que humilde, tirando a pobre. Pero eso a Mitsuki no le importaba... Al menos no hasta que su padre falleció en un accidente de coche cuando ella tenía seis años.
Su madre y ella tuvieron que cambiarse de casa, pues ella nunca había trabajado y ahora debía empezar a hacerlo, aunque encontró trabajo enseguida, no le alcanzaba para pagar la casa, por lo que se tuvieron que ir a dormir a una casa todavía más humilde. Tocando las afueras de Tokyo, en un apartamento con dos habitaciones, cocina-salón y un baño compartido para la comunidad de vecinos. Mitsuki se decía a sí misma que no había para tanto, y que estaban haciendo lo que su padre habría querido que hicieran: Tirar hacia adelante. Cada día tenía que ir al colegio sola, en bici, pues no tenían dinero para el transporte escolar, y a pesar de ser media hora de ir y media hora de volver, Mitsuki lo hacía sin rechistar.
Cuando tenía ocho años, apenas veía a su madre por casa, no sabía de qué trabajaba, pero se iba muy pronto por la mañana y llegaba muy tarde por la noche... Fue entonces cuando empezaron los problemas en su carácter, volviéndose más irascible y violenta.
Pegó algunos niños en la escuela, y su madre no fue ni siquiera a la reunión con los otros padres.
Todo siguió igual, no hubo más cambios, solo que si antes veía poco a su madre, ahora no la veía nada... Se limitaba a ir de vez en cuando y dejarle la comida preparada o dejarle dinero para que se pidiera la comida por teléfono. Mitsuki se encontraba sola, y lo pagaba con aquel carácter que solo la metía en más problemas.
Cuando tenía doce años, hubo unas semanas que su madre estuvo siempre en casa, esta sería la última vez que recordaría una conversación con ella.
- Mamá, últimamente estás mucho en casa -sonrió, estaba feliz de que fuera así.
- Sí, tengo problemas en el trabajo -Mitsuki cambió la expresión de la cara, por una de preocupación- Deja de mirarme así -le ordenó dando una calada en su cigarro, desde que su marido había muerto, fumaba.
- ¿Por qué? Estoy preocupada.
Su madre la miró con odio, con repugnancia, con asco:
- Porque cada vez que me miras me recuerdas a tu padre, juzgándome por todo lo que estoy haciendo.
Mitsuki se quedó helada. Sí, se parecía a su padre, de hecho, excepto el cabello, era una réplica de él. Pero no era su culpa. Esta sería también la última vez que recordaría haber llorado una noche entera.
El siguiente capítulo importante de su vida, no ocurriría hasta... Hacía poco menos de dos meses. En el Instituto tuvo problemas, se metieron con ella, haciéndola enfadar de verdad, se les ocurrió meterse con su difunto padre... Diciendo que se había matado para no ver como su mujer era una puta y su hija iba por el mismo camino. En fin, dos de ellos terminaron en el hospital con contusiones graves, y el tercero logró escapar con doce puntos en la cabeza.
Obviamente, aquello era motivo de expulsión del centro, y lo fue. Pero no le dio tiempo de estar mucho tiempo en casa, un mes después de este suceso, su madre la obligó a vestirse de maid, un uniforme que consideró un poco extraño, a no ser que fuera a trabajar en un maid café o algo así... Pero esta idea la desechó en cuanto vio aquella Mansión delante de ellas.
Todo pasó muy rápido, después de haberse quedado unos minutos parada con aquel uniforme y con unas diez chicas más, la llamaron para que firmara unos documentos... Y un mes más tarde, a la actualidad, se encontraba con una maleta en cada mano para empezar su nueva vida... Con un Amo. Ni siquiera ella sabía cómo le había venido todo.
Aún, ni siquiera había entendido que su madre la había vendido por varios millones de yenes.
Apodo: Tsuki
Edad: 15 años
Fecha de nacimiento: 7 de noviembre
Curso: Quinto.
Amo: Kawamura Soishiro.
Preferencias para pareja: Hetero, aunque nunca ha tenido novio. -Más información en Carácter.
Fetiches: Tatuajes y que fume... Chico malo. Malo, malo.
Grupo Sanguíneo: 0-
Ocupación/Profesión: Hace absolutamente todas las tareas, cocina para su Amo, lava para su Amo, limpia para su Amo...
Sueño: Qué te gustaría hacer si no fueras una Mascota.
Aspecto:
Pequeña y manejable, al menos, eso es lo que aparenta, su cabello rosa y extra largo ayuda a hacerse una idea equivocada de ella, dándole un aspecto dulce y tierno. Que, aunque en cierta manera sí es así, en según que situaciones, Mitsuki, se suele comportar más... bruscamente. Es basta, un poco masculina y bastante violenta... Y eso, se nota en sus movimientos.
No puede disimular cuando se sonroja, algo que le sucede a menudo ante el mínimo comentario y no puede esconderlo. Por lo que suele ser objeto de burlas... Eso, y lo poco crecida que está por tener ya quince años, no es que esté plana del todo, pero la mayoría de sus amigas hacen mucha más talla de pecho que ella... Y eso la ha acomplejado, aunque no lo reconozca.
Viste siempre con ropas cómodas, aunque su conjunto favorito es una camisa blanca y una falda azul marino, ahora debe llevar siempre el uniforme de maid que le ordena ponerse su Amo. Lo peor de todo, es que no le disgusta, pero él no lo puede notar.
Altura: 1,52 m
Peso: 46 kg
Carácter:
Mitsuki tiene buen corazón, nunca haría daño a nadie, no daño de verdad, con malicia. No le gustan los comentarios hirientes, aunque más de una vez se lo gustaría decir y por eso se muerde la lengua y jamás dejaría a nadie de lado y no le haría el vacío. No es egoísta, no le importa compartir sus cosas, y pocas veces piensa en sí misma... Pero no tiene un carácter fácil.
Se enfada con facilidad y enseguida está repartiendo yoyas, o intentándolo, tiene poca paciencia es muy irascible y aunque a veces intenta calmarse a sí misma... Aunque consiga morderse la lengua para no decir comentarios desafortunados, tiene que dejar escapar la rabia por algún lado, y eso suele ser rompiendo cosas. Le gustaría cambiar y no ser así... Calmarse y estar tranquila, ya que incluso ella nota que está siempre a la defensiva.
Es descarada e impulsiva, haciendo las cosas sin pensar y actuando casi por instintos. Desordenada y algo dejada, despistada y torpe.
Además, Mitsuki tiene un lado "oscuro", algo que nunca ha explicado a nadie... Y es que si nunca ha tenido un novio ha sido porque ninguno merecía la pena, porque todos eran unos niñas, y porque... No eran suficiente "hombres" para ella. Cualquier hombre que consiga dominarla, sea por la fuerza o con palabras, con una mirada fuerte y decidida... Probablemente podrá hacer lo que quiera con Mitsuki.
Gustos: Leer cómics y mangas, mirar películas románticas, descargar adrenalina yendo a correr o haciendo deportes de riesgo.
Dormir y hacer el vago.
Pero sobre todo, sobre todo, lo que más le gusta es mirar la Luna desde un tejado.
Le encantan las pizzas, las hamburguesas y las patatas fritas.
Nunca, o al menos de momento, admitirá que... Le gusta su Amo.
Disgustos: Hacer las tareas del hogar, limpiar, cocinar... Odia todo eso, y ahora es lo que le "toca" hacer.
Que se metan con ella, es bajita, no tiene mucho pecho (pero tiene) y tiene el cabello color rosa, pero eso no es motivo para que se metan con ella... Siempre se enfada, y lo expresa violentamente, pero en realidad le duele más de lo que parece. Cabe decir, que si es con su padre con el que se meten... A Mitsuki ya no le importa hacer daño a nadie o decir cosas hirientes, todo eso pasa a un segundo plano.
Historia:
Mitsuki nació en un barrio de Tokyo humilde, tuvo unos padres humildes y fue a una escuela humilde. Todo era humilde, o más que humilde, tirando a pobre. Pero eso a Mitsuki no le importaba... Al menos no hasta que su padre falleció en un accidente de coche cuando ella tenía seis años.
Su madre y ella tuvieron que cambiarse de casa, pues ella nunca había trabajado y ahora debía empezar a hacerlo, aunque encontró trabajo enseguida, no le alcanzaba para pagar la casa, por lo que se tuvieron que ir a dormir a una casa todavía más humilde. Tocando las afueras de Tokyo, en un apartamento con dos habitaciones, cocina-salón y un baño compartido para la comunidad de vecinos. Mitsuki se decía a sí misma que no había para tanto, y que estaban haciendo lo que su padre habría querido que hicieran: Tirar hacia adelante. Cada día tenía que ir al colegio sola, en bici, pues no tenían dinero para el transporte escolar, y a pesar de ser media hora de ir y media hora de volver, Mitsuki lo hacía sin rechistar.
Cuando tenía ocho años, apenas veía a su madre por casa, no sabía de qué trabajaba, pero se iba muy pronto por la mañana y llegaba muy tarde por la noche... Fue entonces cuando empezaron los problemas en su carácter, volviéndose más irascible y violenta.
Pegó algunos niños en la escuela, y su madre no fue ni siquiera a la reunión con los otros padres.
Todo siguió igual, no hubo más cambios, solo que si antes veía poco a su madre, ahora no la veía nada... Se limitaba a ir de vez en cuando y dejarle la comida preparada o dejarle dinero para que se pidiera la comida por teléfono. Mitsuki se encontraba sola, y lo pagaba con aquel carácter que solo la metía en más problemas.
Cuando tenía doce años, hubo unas semanas que su madre estuvo siempre en casa, esta sería la última vez que recordaría una conversación con ella.
- Mamá, últimamente estás mucho en casa -sonrió, estaba feliz de que fuera así.
- Sí, tengo problemas en el trabajo -Mitsuki cambió la expresión de la cara, por una de preocupación- Deja de mirarme así -le ordenó dando una calada en su cigarro, desde que su marido había muerto, fumaba.
- ¿Por qué? Estoy preocupada.
Su madre la miró con odio, con repugnancia, con asco:
- Porque cada vez que me miras me recuerdas a tu padre, juzgándome por todo lo que estoy haciendo.
Mitsuki se quedó helada. Sí, se parecía a su padre, de hecho, excepto el cabello, era una réplica de él. Pero no era su culpa. Esta sería también la última vez que recordaría haber llorado una noche entera.
El siguiente capítulo importante de su vida, no ocurriría hasta... Hacía poco menos de dos meses. En el Instituto tuvo problemas, se metieron con ella, haciéndola enfadar de verdad, se les ocurrió meterse con su difunto padre... Diciendo que se había matado para no ver como su mujer era una puta y su hija iba por el mismo camino. En fin, dos de ellos terminaron en el hospital con contusiones graves, y el tercero logró escapar con doce puntos en la cabeza.
Obviamente, aquello era motivo de expulsión del centro, y lo fue. Pero no le dio tiempo de estar mucho tiempo en casa, un mes después de este suceso, su madre la obligó a vestirse de maid, un uniforme que consideró un poco extraño, a no ser que fuera a trabajar en un maid café o algo así... Pero esta idea la desechó en cuanto vio aquella Mansión delante de ellas.
Todo pasó muy rápido, después de haberse quedado unos minutos parada con aquel uniforme y con unas diez chicas más, la llamaron para que firmara unos documentos... Y un mes más tarde, a la actualidad, se encontraba con una maleta en cada mano para empezar su nueva vida... Con un Amo. Ni siquiera ella sabía cómo le había venido todo.
Aún, ni siquiera había entendido que su madre la había vendido por varios millones de yenes.
Mitsuki Tanemura- Mascota
- Edad : 29
Mensajes : 143
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